Si algo nos ha demostrado la dirección de Endesa es el poco valor que da a los que firma, a su propia palabra. Los problemas con Filomena empiezan cuando Endesa declara disponibles los cuatro grupos de As Pontes, cuando, en realidad, solo lo estaba uno. Se riza el rizo del cuando se comienzan a buscar a toda prisa trabajadores que ya se habían incorporado a nuevos destinos por las recolocaciones para traerlos de vuelta, incluso los que ya estaban de permiso para a jubilarse.
Desde Comisiones Obreras llevamos desde julio pasado, primero alertando, después advirtiendo y finalmente denunciando la gestión de la dirección de Endesa en el proceso de recolocaciones por su incumplimiento de lo que, de forma expresa, había firmado en el Acuerdo de Recolocaciones. Eso, desde nuestro punto de vista, deja en entredicho la capacidad de quienes ostentan la responsabilidad de la gestión de las plantillas en Endesa. Por tal motivo, CCOO, a través de esta sección sindical y la Federación de Industria, organizó una movilización en medios de prensa y redes sociales en diciembre pasado que impulsó el conocimiento del problema fuera de nuestra empresa. El anuncio de cierre de las centrales de carbón, entre ellas As Pontes, tiene una relación directa con esto.
En esta semana, distintos factores relacionados con la tormenta Filomena hicieron que Red Eléctrica de España (REE, operador del sistema) precisara información sobre la disponibilidad de los cuatro grupos de As Pontes. Ahí empiezan los problemas, porque, aunque los cuatro grupos figuraban como disponibles, nuestra dirección había previsto personal solo para uno. Esa falta de previsión hace que dos grupos se declaren indisponibles y se comience a trabajar contra reloj para acoplar los otros dos.
Pero la situación deriva en nerviosismo cuando la situación se prolonga y la dirección se da cuenta de que, además, tampoco tenía personal para ese único grupo. Entonces, los que nos dan lecciones de solvencia desde los puestos de mando empiezan, nuevamente a la carrera, a buscar trabajadores que ya se habían incorporado a nuevos destinos por las recolocaciones para traerlos de vuelta. Incluso algún trabajador que se encontraba de permiso previo a la jubilación es llamado para incorporarse. ¡Inaudito! ¿Asumirá alguien algún tipo de responsabilidad por la falta de previsión?
Todo lo anterior ha evidenciado: 1) que el parque de generación no está bien cubierto, ya que se ha tenido que recurrir a toda la generación de carbón posible. Así, se afianza la certeza de que, hoy por hoy, el cierre de la central, total o parcial, no es posible si se quiere garantizar el suministro. 2) Que la central está disponible y sin permiso de cierre, por lo que no hay razón para la drástica reducción de personal que se ha llevado a cabo. 3) Que el posible ahorro que se estaba produciendo ha quedado en nada con la pérdida que se ha dado por no poder poner a producir todos los grupos.
Compromiso y despido
Otra enseñanza que no deja esta situación es la demostración, una vez más, del alto grado de compromiso de los trabajadores con Endesa. Eso hace aún más hiriente el trato que están recibiendo algunos trabajadores, enviados a destinos en lugares lejanos sin el menor atisbo de empatía hacia sus situaciones personales. En el caso de trabajadores externos, el resultado en muchos casos está siendo el despido.
Desde Comisiones Obreras no esperamos ya que esta dirección de Endesa de un paso atrás y corrija su error. Los motivos nos sobran para no confiar más en ella. Después de las malas experiencias de años anteriores con el expolio de la Compañía y el reparto de multimillonarios dividendos, más la del año pasado en el asunto de la firma del V Convenio Marco y la eliminación de derechos históricos, ahora con las recolocaciones hemos perdido la confianza en que nuestra dirección tenga paralice cualquier movimiento de personal propio, tanto de la central de As Pontes como del puerto de Ferrol, y en el personal auxiliar. Es lo que a nuestro juicio debería hacer. Desconfiamos de que la dirección de Endesa sea capaz de enmendarse y continuar con las pruebas de biocombustibles que buscan la viabilidad de As Pontes mientras que no haya una autorización de cierre formal. Fue lo que prometió, aunque ya nos ha demostrado con creces el poco valor que da a su propia palabra.
Desde Comisiones Obreras seguiremos haciendo lo que nos corresponde como sindicato, lo que hacemos, como principal sindicato de España, en otras tantas empresas de nuestro país. No callar y mirar para otro lado. Nosotros defendemos y defenderemos a todos los trabajadores y trabajadoras ante actuaciones arbitrarias e injustas que los hacen sufrir innecesaria e intolerablemente.
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