Seguimos rechazando el Open FeedBack Evaluation por pervertir el significado del compañerismo y ser, en realidad, un mecanismo de vigilancia, control y servidumbre. Prestando nuestro consentimiento al evaluador nos hacemos seres sumisos, dóciles y acríticos. Nuestro talento no es medible porque es único y no comparable con un estándar limitado. Es ridículo empobrecer esa virtud reduciéndola a un intercambio de feedbacks.
Hace justamente cuatro años, CCOO publicó una comunicación a la plantilla titulada “Que no te engañen con Open Feedback Evaluation”, en ella invitábamos a la plantilla a rechazar esta práctica, disfrazada de evaluativa, por entender que su objetivo principal es convertirse en un mecanismo de vigilancia y control, a través de la perversión del compañerismo por la vía de un sistema donde los compañeros nos acabábamo evaluando los unos a los otros.
Dos años más tarde te invitábamos a conocer el panóptico de Bentham como lugar desde el que se puede vigilar sin ser visto. El gran descubrimiento de Bentham fue darse cuenta de cómo la relación de poder no se apoya en el uso de la fuerza, sino en orientar las acciones de las personas hacia donde se quiera a través de la probabilidad que tienen de obtener recompensas o castigos por sus comportamientos. Nos creemos libres, pero en realidad estamos siendo dirigidos.
Lo dicho hasta el momento nos permite definir la actividad evaluadora como un proceso tiránico de carácter sutil que lo que persigue, a toda costa, es nuestro consentimiento al evaluador para convertirnos, así, en seres sumisos, obedientes, dóciles y acríticos. Se busca nuestra servidumbre voluntaria para que seamos cómplices de este proceso.
Nuestro talento no es medible porque es único y no comparable con un estándar limitado que maneja, únicamente, quince competencias, y que oculta infinitas más. Ser generoso es una virtud que consiste en dar y compartir con los demás sin esperar ni recibir nada a cambio. Por tanto, nos parece ridículo empobrecer tan gran virtud reduciéndola a un intercambio de feedbacks.
Vivimos en una civilización que angustia metódicamente al asalariado al establecer sus fundamentos en el imperio de la rentabilidad. No puede ser que, a esta tiranía se añada la que de forma tan sutil quiere imponer el poder del evaluador. No te prestes a servir voluntariamente a semejante amo.
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221107 OpenFeedBack ES171.pdf | 214.71 KB |