La mejor garantía de preservar un modelo sindical participativo, reside en transmitir información puntual y conocimiento exacto de todas las materias que constituyen las relaciones laborales del Grupo Endesa

Uno de los pilares básicos que conforman el estilo sindical de Comisiones Obreras, es la responsabilidad de informar con agilidad y transparencia.


A partir de esta premisa y nunca en deterioro de los procesos asamblearios y la comunicación directa, presentamos este nuevo instrumento al servicio de los trabajadores/as del Grupo Endesa como reafirmación de nuestro compromiso histórico.

La puesta en marcha de esta herramienta participativa, está encaminada a proporcionar un amplio conocimiento de las materias que configuran nuestras relaciones laborales, con la finalidad de convertir al trabajador en protagonista activo en la defensa y mejora de sus derechos contractuales.


Con esta iniciativa nos proponemos facilitar una información homogénea, completa y actualizada y esperamos que nos hagais llegar vuestras consultas y propuestas, aceptando el reto de responder a ellas con la mayor celeridad posible y de forma personalizada.

Si logramos que este proyecto se convierta en algo útil para vosotros/as daremos por cumplido nuestro objetivo.

La central de Andorra cerró con trauma

La central cerró definitivamente el pasado 30 de junio. Las propuestas de los sindicatos no han sido escuchadas.

Movilización en 2019 contra el cierre de la central.

La comarca de Andorra no ve el cierre de su central térmica de carbón con el  optimismo de la dirección de Enel y Endesa. Hasta ahora, el sentir de la plantilla de la central se expresa con estas palabras: “A día de hoy desde el ministerio no se nos ha propuesto ninguna cosa concreta, todo son buenas palabras, hasta ahí llegamos. Las únicas propuestas las hemos presentado los sindicatos. Por otro lado, en la presentación del Plan Future, Endesa dice que para los 1.700 MW que va a instalar, son necesarios 138 puestos de trabajo, pero nunca nos ha dicho si será personal propio, de contrata o mixto. Y, por último, está el acuerdo de recolocaciones, donde se nos garantiza el empleo a todos, lo más cerca posible de la zona y lo menos traumático posible. Esto no se ha cumplido nunca. Todo este proceso ha sido muy traumático”.

Y es que la dependencia de la comarca de la central y sus empresas auxiliares alcanza el 40 %, dando trabajo de forma directa a 1.000 personas e indirectamente a 4.000. Y precedentes anteriores similares en la zona han dado como resultado la desaparición de pueblos enteros como Escucha, Aliaga o Escatrón.

El sentimiento de la comarca frente al plan de cierre, que culminó el 30 junio, es que “Endesa lleva más de 60 años en esta zona y sacando nuestro carbón y produciendo nuestra electricidad ha obtenido ingentes cantidades de beneficios. Por lo tanto, es de ley exigirle que cumpla con esta comarca y que no deje tirados a nuestros hijos”.

Entre las propuestas que han realizado los sindicatos está reactivar planes como la subida de aguas del Ebro a los pueblos de la comarca, la construcción de un ramal de ferrocarril, aprovechar las instalaciones existentes para la implantación de un centro de investigación de energías renovables, fabricar componentes relacionados con el coche eléctrico desde la comarca, la instalación de una planta de energía termo solar o reconvertir la central es un punto de almacenamiento para empresas multinacionales.

En cuanto a las garantías que se piden, las reuniones con la dirección de Enel y Endesa, con la ministra Teresa Ribera y con el Defensor del Pueblo han caído en saco roto. Para los trabajadores y trabajadoras de la central la consecuencia que define la actuación de la dirección de Endesa, en Roma o en Madrid, es incertidumbre.

Historia

Las primeras minas de la comarca se remontan a 1910, pero el esplendor empieza en 1941. Las centrales de Aliaga (1949) y Escatrón (1952) fueron las más modernas de España. Con la demanda de carbón se demandó gran cantidad de mano de obra en la comarca. Andorra pasó de 3.200 a 7.800 habitantes en 15 años con inmigrantes de Andalucía, Extremadura, o Galicia. Poblaciones como Andorra, Ariño o Alloza pasaron a depender solo de la minería. En 1981 entró en funcionamiento la central térmica Andorra, con 1.050 MW de potencia. En los 80 el complejo minero eléctrico de la Comarca de Andorra Sierra de Arcos, llegó a representar el 70 % del PIB en la industria de Teruel y es la base de su economía hasta hoy.

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