La organización del acto de la Fundación Mujeres por África el pasado martes en la sede de Endesa en Madrid permite reflexionar sobre lo que cambia el rol de Endesa cuando promueve valiosas iniciativas como esta y cuando negocia con la plantilla, siguiendo el mandato de Enel.
Un gran pensador del siglo XIX dijo que “la historia se repite dos veces, primero como tragedia y después como farsa”. Es increíble que un mismo hecho histórico tenga que reproducirse al cabo de años, o incluso siglos, para que se concrete en nuestras conciencias. Pero más sorprendente es que el paso de la historia convierta un hecho que produjo un gran trauma en las conciencias de la humanidad en algo que, trasladado a nuestro tiempo, pueda quedarse en un gesto incómodo capaz incluso de producir risa. Italia es un país que sufrió, desde 1922 hasta 1945, las trágicas consecuencias de ser gobernado por un régimen fascista. Violencia, odio y miedo. Fue uno de los períodos más tristes de la historia. Tras la II Guerra Mundial, el país transalpino logró pasar página dotándose de una brillante Constitución (1948), texto que sentó las bases de la convivencia y el progreso durante decenios en la Europa de la posguerra.
Hoy regresan aquellos fantasmas. Decir que el fascismo ha desaparecido “es ridículo y estúpido”, como declaraba el filósofo holandés Rob Riemen. Las palabras alternativas que los medios usan para referirse a él son "populismo de derechas” o “extrema derecha". El rechazo a entrar en Italia del barco Aquarius, que transportaba a más de 600 personas, condenándolo a una suerte incierta en alta mar; la propuesta del ministro del interior italiano Matteo Salvini, líder de la ultraderechista Liga, proponiendo un censo de “aquellas personas que sean de etnia gitana para expulsar a los que no hayan nacido en el país”; y la nueva intentona, rectificada posteriormente, de abandonar en alta mar a otros 224 inmigrantes a los que Salvini calificó de “carga de carne humana”, hacen buena la frase de Riemen, quien advierte: “Esa ideología fascista se expande y evoluciona. El fascismo no volverá con uniformes negros y esvásticas".
Bien por Endesa, alerta con Enel
Hace hoy justo una semana, el martes pasado, la sede de Endesa acogió una reunión de la Fundación Mujeres por África, donde se presentó el proyecto Phare Nador, “que quiere convertirse en un eje de conocimiento, formación, cultura y oportunidades para las mujeres africanas en general y marroquíes en particular, en especial, de la ciudad de Nador y la región Oriental”. Nos parece una excelente noticia que desde Endesa se patrocinen este tipo de proyectos que forman parte de esos mismos valores del “humanismo europeo” que Italia supo plasmar brillantemente en su Constitución antifascista del 48, y, por desgracia, parece olvidar en los momentos presentes.
Bien por este gesto de Endesa que busca contribuir a la práctica de políticas redistributivas de lo material en África, aunque esa misma filosofía debe hacerla extensiva dentro de la empresa para que l@s trabajador@s puedan dotarse de un convenio razonable, justo y equitativo, en consonancia con los gigantescos beneficios obtenidos, gracias, en gran medida, a la responsabilidad y el buen hacer de toda la plantilla. Algunos gestos de la dirección italiana de Enel con l@s trabajador@a de Endesa nos hacen pensar en algo más grave que solamente la aplicación de las manidas recetas neoliberales. No vamos a usar todavía la palabra fascismo, pero hay actitudes en el infausto Salvini que nos recuerdan a las de algunos directivos de Enel en España.
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