Texto de Iván Blanco, secretario de Generación y Transición Energética de CCOO Endesa, con motivo del Día Internacional de Medio Ambiente que celebramos hoy, 5 de junio.
El Día Mundial del Medio Ambiente, que hoy celebramos, fue concebido para “sensibilizar a la población mundial en relación con temas ambientales, intensificando la atención y la acción política”. Sus objetivos principales son “brindar un contexto humano, motivar a las personas para que se conviertan en agentes activos del desarrollo sustentable y equitativo; promover el papel fundamental de las comunidades en el cambio de actitud hacia temas ambientales y fomentar la cooperación para que el medio ambiente sea sostenible, pues esta garantizará que todas las naciones y personas disfruten de un futuro más próspero y seguro.”
Esto anterior, que nos parece tan nuevo y actual, nace en 1972, repitiéndose desde entonces cada año. También desde CCOO Endesa seguimos cada año apostando por una transición justa hacia las energías renovables, una transición que no olvide el impacto personal que esto supone para las personas trabajadoras de nuestra empresa. Todas y todos somos Endesa.
Desde CCOO creemos en que la desaparición de los combustibles fósiles es necesaria para preservar el futuro del planeta. Pero consideramos que no solo debemos hacer los esfuerzos las plantillas. Como nos corresponde como principal sindicato de España, hemos sido exigentes y persistentes defendiendo los derechos de las personas trabajadoras reubicadas por estas circunstancias. El objetivo es que nadie empeore sus condiciones laborales. Velemos por una transición energética justa, sin excepciones, apoyada en una formación que permita a la plantilla afectada continuar y, por qué no, relanzar su vida laboral.
Gobiernos y empresas energéticas deben apostar por este cambio no solo en beneficios de sus intereses. Vivimos tiempos difíciles, hoy ya nos hemos familiarizado con términos como “pobreza energética”, nos ha atravesado una pandemia mundial y vivimos una nueva guerra en Europa que afecta de forma muy directa a la población mundial. Somos responsables de dejar a las generaciones futuras un planeta mejor. Y eso no puede depender de beneficios económicos espurios y dividendos. Si de verdad estamos comprometidos con este fin, debemos seguir, sin vacilaciones, la ruta marcada en la conferencia de Estocolmo, no especular con la energía y exigir un compromiso firme de nuestros gobiernos juntos con las grandes corporaciones energéticas para que, de verdad, exista un cambio.
Llevamos demasiado tiempo posponiendo nuestra responsabilidad, delegándola en los que nos siguen y esto, cada vez, acorta más el tiempo de reacción. Repetir “lo estamos intentando” ya no sirve, estamos consumiendo el mundo para favorecer beneficios económicos cortoplacistas y a grandes fortunas, en contra de los intereses medioambientales, que son los del planeta, los de todas y todos”.
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