La dirección intenta que caigamos en el engaño continuo haciendo interpretaciones de la ley a su antojo con el único objetivo de precarizar.
La dirección de Endesa está acostumbrada a que nadie le cuestione sus decisiones. Si ve resistencia, entonces usa las malas artes para hacernos caer en la trampa del engaño. Primero fue la firma del peor convenio de nuestra historia, después, el incumplimiento del acuerdo de recolocaciones, un proceso que ha cambiado el futuro de muchas familias de Endesa. Todo esto lo ha cometido la dirección de Endesa con la complicidad de algunos representantes de la plantilla, que se han vuelto demasiado dóciles.
Tras el hachazo en las centrales térmicas, ahora tocan las hidráulicas, justo donde iba a tener el futuro laboral la mayoría de la plantilla de las térmicas. Así, esas personas han sido machacados tres veces en menos de dos años, primero con el convenio, después con las recolocaciones y ahora con la homogenización de hidráulicas. A las que ya estaban en hidráulicas quieren recortarles sus derechos por segunda vez, sin motivos objetivos para hacerlo.
Como en el mito de la caverna, la dirección hace llegar a la plantilla información manipulada y usa para ello a cierta parte de la representación sindical. En esta presunta negociación nos enseña lo que quiere que veamos para poder seguir manteniendo el control de una plantilla que cada día apuesta de forma más decidida por la verdad y su liberación.
¿Por qué no se firman las actas y se entrega a los sindicatos toda la documentación para que la plantilla pueda tomar una decisión democrática? En vez de eso, la todavía representación sindical mayoritaria hace llegar una propuesta manipulando la información para que creamos que ese sea el acuerdo. Pero la realidad es que la dirección no la acepta e impone la suya bajo coacciones. Cuando se firme el acuerdo final comprobaremos que ni se parece a lo que contaban a la plantilla.
Por suerte, ahí está la hemeroteca. Cuando la todavía representación mayoritaria decía que el plus que quiere poner la dirección no era absorbible, ahora dicen que piden que no sea absorbible. Cuando decían que el Complemento de Especial Dedicación (CED) era como el retén, ahora piden regularlo a 80 horas anuales y que no sea esa “tarifa plana de horas extra”. El objetivo último de la dirección en esta negociación es avanzar en la desregulación total.
Las demás secciones sindicales aún pueden rectificar para no llegar a un acuerdo donde, otra vez, pierda la plantilla. Lo que siempre nos toca como sindicatos es defenderla. Por eso, desde CCOO les pedimos que dejen de ejercer de portavoces de la dirección. Quizás lo siguen haciendo por el conocido principio de Hanlon: “nunca atribuyas a la maldad lo que se explica adecuadamente por la estupidez”.