La dirección de Endesa Energía pervierte el sistema de objetivos utilizándolo de forma torticera para abrir expedientes que justifiquen sus decisiones.
Desde hace un tiempo, las personas trabajadoras de Endesa nos vemos invadidos de correos en los que la dirección nos intenta convencer de lo amables y considerados que son los jefes con sus trabajadores. Con tono paternalista, nos dicen que nos escuchan activamente, con confianza máxima y la más absoluta transparencia y responsabilidad. Lo que viene a ser el País de Nunca Jamás de Peter Pan, un mundo lleno de fantasía.
Pero ocurre que, en Endesa Energía, el País de Nunca Jamás tiene estos otros nombres: Soft Leadership, Open Feedback y Estatuto de la Persona. Mientras, por un lado, nos bombardean con mensajes de lo maravillosamente tratados que estamos, por el otro te despiden si algún responsable considera, de forma caciquil, que no has desempeñado tu trabajo con la excelencia que él considera (cacique: persona que, valiéndose de influencia o riqueza, interviene arbitraria o abusivamente en la política y administración de una comunidad). Y decimos caciquil porque, para justificar su arbitraria decisión, la dirección de Endesa Energía pervierte el sistema de objetivos utilizándolo de forma torticera para abrir expedientes que justifiquen sus decisiones. Porque, aunque lleves una consecución cercana al 100 %, esta dirección siempre se puede inventar que no sabes el nombre del primo del gerente de la empresa, si le han operado de apendicitis cuando era niño o la fecha de cumpleaños de la tía abuela del cliente.
Desde CCOO Endesa denunciamos estas prácticas que evidencian lo falso de los discursos del ‘management’ de Endesa. Reclamamos, de una vez, claridad, trasparencia y participación de la plantilla en la fijación y aplicación de los objetivos. Y demandamos a la empresa que haga valer su responsabilidad para dejar de utilizar dicho sistema como elemento de coerción y presión hacia gestores y gestoras. En este contexto, no vale que la empresa asuma de forma acrítica que el 28 % de las bajas laborales en esta empresa son por trastornos mentales. El mal lo tienen dentro y es la defectuosa aplicación del sistema de objetivos y la implantación de una competitividad insana frente a modelos que promuevan la cooperación y la solidaridad. Porque participación, cooperación y solidaridad en el trabajo son las mejores herramientas para evitar las bajas por causas psicosociales.
Por eso decimos que los gestores de Endesa Energía viven el País de Nunca jamás, porque si eres gestor o gestora de Endesa Energía y protestas, nunca jamás cobrarás la meritocracia. Si planteas objeciones al sistema de objetivos, nunca jamás promocionarás. Y si no le gustas a tu jefe aunque cumplas tu trabajo, nunca jamás trabajarás aquí.
Nos preguntamos que pensará el Sr. Guido Stratta, máximo responsable de recursos humanos de Enel, cuando vea que en Endesa Energía se actúa de forma tan opuesta al Estatuto de la Persona, que -recordamos- propugna “poner al trabajador en el centro”. Sr. Stratta, nos sabe mal informarle que aquí nos tratan como números y, si hace falta, se inventan esos números para despedir.
Desde CCOO animamos a la plantilla a que nos hagan llegar todas aquellas prácticas arbitrarias y contrarias a la buena gestión. La única manera de garantizar la transparencia en los procesos es con participación y decisión. El resto es seguir viviendo en el País de Nunca Jamás.
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