En la Junta Extraordinaria de Accionistas del 17 de noviembre CCOO fue la única sección sindical que hizo uso de la palabra. Pedimos a la dirección un sistema dual de supervisión que fomente el control y la autorregulación. Necesitamos más la transparencia, dando información no solo a analistas financieros, sino a toda la plantilla de trabajadores y representantes sindicales.
El pasado 28 de octubre comunicamos que CCOO había solicitado por escrito a la dirección una explicación de cuáles son las razones que han llevado a Endesa a adquirir un sobreendeudamiento de 5.000 M€ provenientes de la matriz Enel. Ante la falta de contestación a dicha carta, nuestro secretario general, Ricard Serrano, participó en la Junta General de Accionistas del pasado día 17 de noviembre trasladando la misma pregunta al consejo de administración de Endesa.
Fuimos la única organización sindical participante en la junta. Picando aquí accedes al vídeo de su intervención. En la junta, la respuesta del consejero delegado no fue tranquilizadora. Por ello, nos vemos en la obligación a indicar lo siguiente:
- La experiencia de los últimos años ha permitido constatar las ventajas aportadas por los productos derivados, tanto en lo que se refiere al control de los riesgos, como en lo relativo a una diversificación más eficiente de los mismos. Son ventajas que van inexorablemente unidas a la puesta en práctica de una gestión sana del riesgo por parte de nuestra empresa con estos productos.
- ¿Qué son los productos derivados? Son contratos financieros cuyos valores derivan de los de otros activos subyacentes como bonos, divisas, acciones o materias primas. Esta aparente sencillez encubre una compleja realidad, cuya gestión está poniendo a prueba la capacidad de las empresas y de los reguladores. En el caso de las empresas energéticas, la situación se complica por el hecho de que se hallan inmersas en una transición desde un entorno protegido hacia otro cada vez más competitivo, lo cual puede llevarles a relajar sus criterios de control de riesgos.
- La vigilancia y control de estas actividades es responsabilidad, en último extremo, de la alta dirección, que no puede renunciar a ello, pues pondría en riesgo el futuro de la organización.
- En consecuencia, la dirección debe fomentar el control cualitativo y la autorregulación, tratando de difundir las mejores prácticas financieras, evitando posibles situaciones de riesgo crediticio, operativo, de resultados, etc. Por ello, pensamos que es necesario que exista internamente un sistema dual de supervisión, que permita discriminar las operaciones en función de criterios, tales como el exceso de fondos propios, la calidad del crédito o la capacidad de gestión.
- Como contrapartida, es necesario reforzar la transparencia del sistema, adaptando los principios contables para que recojan con precisión la variación de los precios y ampliando la difusión de la información ofrecida, no solo a analistas financieros, sino a toda la plantilla de trabajadores, así como a sus representantes sindicales.