No estaría de más que la dirección de la empresa se leyera el Código Ético de Enel y las estipulaciones del contrato firmado con Maessa, empresa contratada para mantenimiento de la central de Andorra (Teruel), que ha decidido despedir de forma inminente a tres trabajadores bajo el argumento de falta de actividad. El argumento coincide en el tiempo con el inicio de una revisión de grupos generadores y la contratación de nuevos trabajadores del mismo perfil profesional que los despedidos.
Maessa, empresa contratada por Enel para mantenimiento de la central térmica Andorra (Teruel), ha decido despedir de forma inminente a tres trabajadores bajo el argumento de falta de actividad. Argumento que coincide en el tiempo con el inicio de una revisión de Grupo y la contratación de nuevos trabajadores del mismo perfil profesional que los despedidos.
El personal despedido destaca por su profesionalidad, experiencia laboral y rendimiento en sus puestos de trabajo. Prueba inequívoca de la valía de los trabajadores despedidos, es la huelga convocada y seguida masivamente por el resto de sus compañeros.
Con esta realidad, el argumento de la dirección de la empresa se convierte en pretexto, para tratar de ocultar una gestión caciquil orientada mediante prácticas anti sindicales a promover un estado de miedo y sumisión, que evite se alcen voces ante injusticias y abusos que ponen en seria duda el cumplimiento de la normativa laboral y el respeto a las personas, pues los tres despedidos habían decidido presentarse a elecciones sindicales a representantes del comité de empresa por Comisiones Obreras.
La decisión de promover elecciones, presentarse en las listas, la comunicación oficial a la administración pública, y la comunicación oficial a la propia empresa, fue previa a los despidos efectuado por Maesa, que se produjeron tan solo horas después. Ante estas evidencias, la posición de Enel y la de la dirección del centro ha sido mirar para otro lado bajo la excusa de que es una cuestión interna de la contrata, sobre la que no tienen competencias. No estaría de más que la dirección de la empresa se leyera el Código Ético de Enel y las estipulaciones del contrato firmado con Maessa.
Si Enel de verdad considera estratégico la responsabilidad social de Endesa, ha de actuar bajo parámetros en que nuestras actividades tengan repercusiones positivas sobre la sociedad, afirmando los principios y valores por los que se rigen, tanto en sus propios métodos y procesos internos, como en su relación con los demás actores, las contratas, que han de asumir como fuerza vinculante y convicción social que el incumplimiento del Código Ético de Enel supone la infracción de la norma de cultura. Insistimos a Maesa y Enel para que reconsideren normalizar la situación y readmitan a los trabajadores despedidos.
Trabajemos en la mejora de un clima laboral tan deteriorado, que no beneficia a nadie. Lo contrario supondrá un daño innecesario a la ya desgastada imagen de Enel pues aventuramos que será noticia judicial de complicidad en prácticas antisindicales.