Anunciaron su plan desde el principio de la negociación del V Convenio Marco, lo pusieron en el centro de la negociación (pues suponía embolsarse más de 700 millones de euros a costa de los beneficios sociales de la plantilla) y lo ejecutaron de forma humillante en el peor día posible del año, coincidiendo con el Día Internacional del Trabajo. En pleno confinamiento por el coronavirus, la dirección de Endesa ha decidido que la fecha de reivindicación de los derechos de los trabajadores y las trabajadoras por antonomasia, el Primero de Mayo, quede para la historia como aquella en la que se consumó el mayor ataque contra la plantilla de Endesa en sus 75 años de historia, el recorte drástico de la tarifa de empleado, con la pérdida económica que eso conllevará para sus 9.000 empleados en activo y 27.000 pasivos. Todo ello con la colaboración necesaria de una sección sindical que se autocalifica como “responsable”.

Frente a eso, debemos llenarnos de orgullo y espíritu de resistencia. Este Primero de Mayo debe adquirir un significado si cabe más reivindicativo. Frente al cinismo de la dirección seguiremos defendiendo una empresa que es mucho más que una cuenta de pérdidas y ganancias. La defensa de lo social en Endesa implica reconocer el esfuerzo de tod@s los que nos esforzamos (y se han esforzado) por su pervivencia. Es la forma de enfrentar el expolio de especuladores a los que solo interesa ganar en el corto plazo y no el futuro de la empresa ni su plantilla, es luchar por que nadie quede en situación de vulnerabilidad en la “nueva normalidad”.

Por todo ello, CCOO Endesa no va a cejar en el empeño de impedir que se consume esta injustificada agresión. Por eso impugnamos el laudo arbitral e impugnaremos el convenio. Frente a los que han doblado el lomo, haremos lo que nos corresponde como sindicato: defender a la plantilla hasta las últimas consecuencias.

Desescalada

Ahora que España ha dado los primeros pasos en la desescalada, es importante recordar que en Endesa también damos un servicio público esencial. Estamos en un sector clave en el desarrollo económico, social y ambiental no sólo para propiciar la salida de esta crisis sanitaria, sino para la configuración socioeconómica futura del país en el nuevo escenario que se abre.

Durante esta grave crisis, la plantilla sigue atendiendo de forma admirable sus obligaciones laborales de forma presencial y en la modalidad de Trabajo Fuera de Oficina adaptándose a las necesidades de la nueva situación. El trabajo de los compañeros y compañeras que trabajan en las contratas ha sido igualmente esencial. La primera lección que extraemos de esta crisis es que el verdadero capital de Endesa es su plantilla. Es el personal de Endesa -y no sus accionistas- los que con su trabajo generan el valor de esta compañía.

Defendámoslo exigiendo una más profunda democratización y transparencia de las relaciones laborales, afrontando con más eficiencia y menos marketing los retos de la actual sociedad y economía del conocimiento y, finalmente, defendiendo lo que es justo: una distribución equitativa del valor generado por el trabajo de los trabajadores y las trabajadoras de Endesa.