El engaño de los políticos ha sido grave y doloroso, porque la decisión era acabar con el carbón nacional. Con su cierre, la central de Compostilla arrastrará a todo el sector minero de la Comarca del Bierzo y Laciana, al igual que la de Andorra a la región que la rodea. Debemos actuar en consecuencia. Los trabajadores de las centrales no tiramos la toalla. En CCOO seguiremos trabajando para que nos escuchen.
Las centrales térmicas de Compostilla (León) y Andorra cerrarán en 2020. La decisión la ha hecho pública la dirección de Endesa en el marco de la presentación del documento denominado Actualización del Plan Estratégico 2017-2019, celebrada el pasado miércoles en Londres. En la página 18 del citado documento, bajo el epígrafe titulado “Pilares estratégicos para liderar la transformación - Generación convencional: claves para garantizar la seguridad del suministro”, aparece como uno de los objetivos “adaptar el carbón a las mejores prácticas medioambientales” y, al lado, la frase “no se prevén inversiones en carbón nacional por las condiciones del mercado”. Es la sentencia de muerte de las centrales y, por extensión, de todo el sector minero de la Comarca del Bierzo y Laciana, en el caso de Compostilla, y de la zona de influencia de la central de Andorra. Si no lo impedimos.
Para la Sección Sindical de CCOO de Endesa en Ponferrada y Teruel, la noticia es “la confirmación de lo que llevamos años alertando, sin mucho éxito. También, será el fin del sector minero-energético por el incumplimiento del Plan del Carbón por parte del gobierno español”. Se preveía que iba a ocurrir desde que la Compañía comunicó la falta de voluntad para invertir en su adaptación medioambiental. Enel fue siempre clara, presupuestó el desmantelamiento de Compostilla y Andorra con 90 millones de euros en los documentos de su Oferta Pública de Venta (OPV).
Desde las centrales, los trabajadores hemos intentado revertir la situación amparándonos en el Boletín Oficial del Estado. Los políticos solo debían cumplir lo acordado en el Plan del Carbón y tramitar un mecanismo que asegurase un hueco térmico medio anual del 7,5% para el mineral autóctono. También hubiese ayudado legislar para promover el uso de combustible nacional, tramitando con urgencia la propuesta de Orden por la que se regule el incentivo a la inversión para la mejora medioambiental en las centrales térmicas que lo consumen, como también contempla el Plan del Carbón. Legislar una bonificación del 85% en el Impuesto Especial sobre el Carbón ya hubiese sido excepcional. Pero la decisión política era acabar con el carbón nacional.
El tiempo ha demostrado que los apoyos a la minería solo eran promesas electorales. Todas las fuerzas políticas han puesto su granito de arena en el engaño, pero el Partido Popular especialmente, porque es el que lleva gobernando los últimos 5 años. A este partido le tocaba dar soluciones reales. Siempre hubo buenas palabras, pero nunca más que eso. El engaño propiciado por políticos es especialmente grave y doloroso. El pueblo debe sentirse ofendido y actuar en consecuencia.
A pesar de estas circunstancias adversas, los trabajadores de Compostilla y Andorra no tiramos la toalla. En Comisiones Obreras seguiremos trabajando para que nos escuchen.